Más de 25 años de historia

Sería el año 96 cuando compré mi primera bicicleta de montaña en el Carrefour de Villalba. Sin duda las 10.000 pesetas mejor gastadas de mi vida por los acontecimientos que esa decisión supuso en mi forma de vida posterior. La intención era solo usarla para ir desde la urbanización al pueblo de El Boalo para comprar el pan los fines de semana. Y así empezó todo. Mis primeras incursiones por los alrededores de La Pedriza me parecían épicas. Nunca pensé que pudiera superar aquellas temibles cuestas; pero mi empeño, curiosidad por lo desconocido y afición a la naturaleza fue sacando el carácter luchador. Mi forma física no era la adecuada, pues la crianza de mis hijos me habían apartado temporalmente de mi afición al deporte.

Fui cabalgando de vez en cuando aquél «hierro» durante un par de años hasta que decidí pasar a una BH de 100.000 pesetas con suspensión delantera. Aquello me pareció la bomba e iba tan orgulloso y contento con aquel trasto que he conservado hasta hace muy poco.

Desconozco exactamente el año en que comenzamos a realizar rutas juntos. Es probable que hacia el año 1999. ¿Ya hace 20 años? Bueno, como dice el tango: «… 20 años no es nada». El embrión del grupo surge por algún comentario retador que cruzamos en la oficina, mi desde entonces amigo Pepe Montalvo y yo. Siempre tuvimos y mantenemos; un sano, divertido y constante reto que nos ha servido para mejorar la forma física mutuamente. Empezamos a salir por la Sierra de Madrid, con los mapas del IGNE y de la Tienda Verde, con más ilusión que cabeza. ¡Cuántas discusiones sobre el recorrido y la situación habremos tenido! Gracias Pepe por tu paciencia. Yo siempre he sido más impulsivo y tú más juicioso y prudente, lo que a la postre ha resultado una magnífica combinación.

Los viernes en la oficina decidíamos la ruta que íbamos a hacer el finde. Pepe decide invitar a dos tíos que conoció haciendo el Camino de Santiago. Sería el año 2000. Así es como aparecen Miki y Julio acompañados de Juan y su hermano Ángel. No olvidaré la primera impresión que me dieron. Pensé que nos abrumarían. Miki, estaba delgado como un junco y me fijé en sus largas piernas. Ángel, un tipo fuerte y equipado hasta el último detalle. Juan, con sus enormes brazos que parecía un gladiador romano. Y Julio, ese gordito al que subestimé por su aspecto y en el que hallé el consuelo de que al menos no quedaría el último en las cuestas. Cuando empezamos a subir Juan y yo el mini-Anglirú íbamos ya sólos, pues los demás habían ya claudicado y aunque iba muriéndome no puse pie hasta que no lo hizo él. ¡Puff, qué alivio! Ese tesón es el que nos hace seguir aquí tantos años después.

Sería ya la primavera de 2001 cuando decidimos dar el primer salto aventurero e irnos Pepe y yo a Cazorla, para cuatro días. Aún no teníamos cámara digital y menos aún GPS. Lo desconocido tiene mucho atractivo. Con planos y estudiando los recorridos en libros de rutas, iniciamos una costumbre anual, que hasta la fecha hemos mantenido: la de recorrer en bicicleta lo mejor de la geografía española.

Alfredo, se incorporó poco después. También invitado de Pepe, que como siempre ha ido haciendo proselitismo de sus aficiones. Un gran acierto su incorporación. En una ruta que hemos hecho decenas de veces por Alpedrete de la Sierra, vi que llevaba una especie de móvil en el manillar y después de contarme para qué servía, le puse a prueba.

Fue mi primer contacto con aquel cacharro que con tanto escepticismo ha sido subestimado por casi todos, durante bastantes años y al que tanto tenemos aún que agradecer: el GPS. Cómo me demostró su gran utilidad, inmediatamente me compré uno. Eso me hizo además, profundizar en la informática doméstica que usaba de una forma muy precaria. A su influencia y a mi innata curiosidad y constancia, que no por su ambiguas y sucintas explicaciones, debo mis actuales conocimientos en tecnología, fotografía digital, PC’s, GPS, cámaras y demás cacharritos que ahora tanto me entretienen. Alfredo, siempre ha sido pionero en las nuevas tecnologías. Además del GPS y la cámara digital (incluida la carcasa sumergible), un día aparece con un invento: una cámara en el casco, un micrófono, varios cables y una pesada batería que llevaba en la mochila para grabar durante la ruta. ¿Ha inventado la GoPro?

Otra sorpresa fue el dron que inmediatamente le bautizamos Retortijón por aquello del botón Return to Home. A todo esto, le añade al grupo un punto aventurero y de valentía que me viene muy bien, porque siempre iba yo tirando de un grupo reticente a acometer nuevas alternativas y a mi me costaba mucho convencer al personal. Y además, la creación de esta Web que tanta falta nos hacía y que tantas veces le he intentado convencer que hiciera. Gracias Alfredo.

La primera escapada de fin de semana primaveral del grupo se produjo en el 2002. Fuimos al Alto Tajo. Disfrutamos como enanos. Ya disponíamos gracias a Alfredo de cámara digital y por ello, las primeras imágenes de que disponemos son de ese año. Fue toda una experiencia salir un fin de semana solos y sin limitación de tiempo para hacer lo que más nos gusta.

Otra importante incorporación fue la de Jesús en el 2003, el año que subimos al Mulhacén. ¡Ay, nuestro entrañable Globero! No olvidaremos sus risotadas y los buenos ratos que hemos pasado con él. Desde el primer día que apareció vestido como si fuera a un safari, -de Coronel Tapioca según palabras de Julio-, nos pareció un tío muy divertido. Junto a Julio, creo que fueron los dos más cachondos que han pasado por el grupo y quizá los más corajudos. Debe ser un tema de talla abdominal. Su pérdida en el 2009 fue un mazazo para todos. Amigo allá donde estés, no te olvidamos.

Llegamos al 2004. Pepe descubre su faceta prosística y nos deleita con una colección  de crónicas que he tenido el placer de ir recordando e ilustrando según las iba colgando en la web. Santi, comienza a venir asiduamente. También Gustavo, aunque éste ya lo hizo en varias ocasiones en el año anterior. Ese año nos vamos a Asturias: Somiedo y Babia. Espectacular. Decido ir haciendo vídeos de las rutas anuales para dejar un recuerdo más sólido de nuestras escapadas.

Pasan los años y seguimos manteniendo la rutina semanal aunque vamos perdiendo la costumbre de hacer fotos y de hacer crónicas, por aquello de que repetimos a menudo las mismas rutas de años anteriores y lo conocido ya no tienen misterio. El grupo se mantiene homogéneo y salvo esporádicas apariciones, no hay incorporaciones duraderas. En 2005, la ruta anual es a la Selva de Irati. Una de las más duras que hemos hecho. Tanto que algunos sólo salieron un sólo día. Alfredo se hizo las dos que teníamos previstos aunque para ello, tuviera que irse él solito. Pepe y yo, después tuvimos una aventura de las de recordar en un barranco del que salimos a duras penas y desollados como si nos hubiéramos follado un gato, que diría Juan. Pongo en marcha un blog para ir almacenando la información que generamos. Básicamente fotos y crónicas.

En 2006 de nuevo al Alto Tajo donde nos colamos en la Reserva Cinegética de El Hosquillo. Pepe, Santi y yo. La liamos parda. Yo les arrastré al interior de una zona protegida y casi acabamos en el cuartelillo. En el 2007 nos vamos a El Bierzo y a recorrer Las Médulas. Esta es la última anual que hace Julito con el grupo.

A la Tejera Negra nos vamos en el 2008, pero también al mítico Anglirú. El de verdad, el de las cuestas del veintimuchos por ciento.

No sé exactamente en qué año empiezan a venir esos dos a los que Julio decía: «…pero vosotros como os llamáis, que siempre me lío». Se tratan de José Ángel y Juan Luis. Los nombres compuestos de ambos, le liaban casi tanto como los planos. Vienen muy esporádicamente. Sólo años después lo hace de manera continua Juan Luis.

Los dos años siguientes, 2009 y 2010 nos vamos a Asturias de nuevo. Al Parque Nacional de Redes y a Cangas del Narcea. En ambas, echamos en falta a varios de los habituales. Se han descartado Pepe, Miki, Juan y Julio. Incluso en las rutas semanales, flojea el personal. Parece que está el grupo en franca depresión. Quizás el golpe de la desaparición de Jesús está minando la moral del grupo. Sólo Alfredo, Santi y yo mantenemos el tipo. Poco después es Santi quien por culpa de una lesión grave nos dejará con gran pesar. No descartamos que algún día se recupere y volvamos a pasar tan buenos ratos juntos. Un abrazo «hermano mayor». Pepe no volverá a acompañarnos a las rutas anuales hasta reaparecer sorprendentemente en el 2016.

En el 2011 fichamos un nuevo elemento: Rufi. Encaja desde el primer minuto y ya no nos abandonará hasta la fecha, salvo las largas semanas que se pasa de baja por dos desgraciadas caídas. Nos acompaña por primera vez, yendo a Picos de Europa. ¡Qué pedazo de rutas! Con una logística y organización impecable que nos permitió hacer, probablemente el recorrido más hermoso que hemos hecho. Por muy poco llegamos a tiempo de coger el teleférico de Fuente Dé, que nos permitió recorrer la parte alta.

Mientras tanto, Juan decide hacerse unos cuantos planes Renove operándose de todo aquello que se le ocurre. A saber: cervicales, pie, vesícula… Bueno, parece que ya se le ha pasado. Miki y Juan desaparecen de los eventos anuales desde el 2007 hasta el 2011, aunque los fines de semana mantienen cierta asiduidad. De nuevo en esta etapa somos los imperturbables Alfredo y yo, quienes no fallamos.

En 2012, me compro la Trek Top Fuel 97 y no veo ganas ni compromiso de salir en primavera. Es Miki quien se encarga de buscar el alojamiento y Alfredo de las rutas. El sitio elegido es Gredos. No olvidaré a Rufi y la salida de aquel barranco. Iban tirando la bici por encima de las plantas. Salió quejándose de que pidió ayuda a Alfredo y no le había hecho caso, cuando «se le había parado el corazón».  Y ¡cómo nos vino de bien la parrillada en la que fuimos casualmente invitados en un puerto en mitad de la sierra!

Este año empieza a venir de forma más asidua Juanlu. Es él quien en una excursión con las esposas, me enseña Urbasa con la condición de que no se lo enseñara a nadie. Obviamente no lo cumplí. Y allí cerca, en el Monasterio de Irantzu, recibí una de las noticias que más felicidad me han producido en mi vida. La firma del ERE que me ha permitido disfrutar de tiempo libre en estos últimos años. Así que a Urbasa nos fuimos en el 2013. Otra gozada de sitio.

En el 2014, primer doblete. En primavera a Los Oscos. Las risas que nos pasamos. Después de subirnos una escalinata interminable con la bici al hombro, Rufi se pasa de largo el desvío y se hace un tramo más. Luego, en revancha deja un recuerdo sólido en la puerta de la única casa que había en toda la sierra. La risa que nos dio imaginando la cara del paisano cuando viera el truño en su puerta.

En otoño a la Sierra de Cameros donde Juanlu se estrena en las salidas de varios días. Mientras tanto, entre semana aún no se ha creado el grupo de jubiletas, por lo que voy alternando mis salidas «jubilosas» con distinta gente, hasta que en el 2015 entre trabajo y trabajo se va animando Pepe y retoma al grupo. Ese año no se concretan fechas a tiempo y me voy de vacaciones. Al final deciden Juan, Rufi y Alfredo, irse a Formigal.

Esta vez es Domingo quien decide incorporarse al grupo. Hace años que Jesús le dijo que se viniera, pero no se atrevió. Empezamos a salir solos entre semana con algún que otro amigo esporádico. Hasta que en el 2016 se anima a venir a Cervera de Pisuerga en primavera y al Valle de los Milagros en otoño a sugerencia de Juanlu. Las rutas de entresemana se animan. Juanlu y Pepe empezaran a venir de forma asidua. Este año es Alfredo quien no viene a la ruta anual. Un gripazo le tiene molido. Falta por primera y única vez.

Ya en el 2017, Pepe se convence de que trabajar es de pobres y empieza un plan de entrenamiento en el gimnasio para ponerse a punto. Así pues, nos vamos en primavera y en el último momento a Guadalupe. Es una de las excursiones más nutridas. Otro nuevo amigo se incorpora al grupo: Retortijón. ¡Las risas que nos pudimos echar con el primer vuelo! Pepe está exultante y más aún cuando se salva en una curva y por los pelos, de ser atropellado por un motero. Así que, lo celebra a lo grande con una buena dosis de cerveza durante la parrillada que tan bien nos prepara.

Mis videos están alcanzando un nivel de calidad importante. La cantidad de dispositivos distintos con los que obtenemos fotos y grabaciones de alta resolución me complican el trabajo. El resultado merece la pena.

Para el otoño preparo las rutas por una de las zonas más bonitas de España: Quirós y Somiedo. Lástima que se lo pierden y sólo vamos Domingo y yo. Nos hace un tiempo de lujo y lo disfrutamos como enanos. El puerto de Agüerias es de lo más bonito que se puede contemplar. En parte recorremos zonas que Alfredo y Pepe conocen del 2004 y 2008.

Las rutas del día laborable se implanta definitivamente. Varios nuevos jubiletas entran a formar parte del grupo esporádicamente: Gustavo y Juan Carlos. Pepe cada vez dispone de más tiempo y Juanlu se jubila definitivamente. En 2018 le da por llover. Tras dos intentos para ir a Asturias, estamos a punto de no salir. A alguien se le ocurre la idea de volver a Cazorla y como la mayoría no lo conoce y los que lo conocemos estamos encantados de volver, en un pis pas nos plantamos allí y disfrutamos de un tiempo espectacular con agua por todos los lados. Fabuloso paisaje. 

Para el otoño es Domingo quien propone Monfragüe. En un abrir y cerrar de ojos, lo cerramos. Las rutas nos salen de maravilla. Se nota la madurez de grupo en todos los sentidos. Aquí se hace célebre la frase: «trabajar es de pobres» que Juanlu (el Sr. Marqués) suelta en presencia de un camarero que irremediablemente se mosquea y al que tiene que dar explicaciones.

Y llegamos al 2019. Este año toca Uña. Tenía ganas de llevarles para hacer cañones en el Júcar. Pepe no está por la labor, pero este año se ha jubilado Alfredo y me apoya. Jamás dice que no a lo que sean nuevas aventuras. Parece mentira que estando tan cerca de Madrid, no hayamos ido antes. Es todo un descubrimiento.

Decido que ya es hora de que me releven. Ya les toca a otros. Llevo muchos años al frente y me he cansado. Ahora que disponen de tiempo y conocimiento, paso el relevo. Domingo, Pepe y Alfredo se van alternando en tomar la responsabilidad de las salidas de jubiletas y currantes. Pero la del otoño no termina de arrancar, así que a modo de despedida, la organizo por la Sierra de Gata que durante tantos años he recorrido en primaveras y veranos.  

Y aquí estamos. Muchas anécdotas y aventuras que contar. Muchos ratos divertidos, risas, chascarrillos, chistes, bromas, ilusión y también madrugones, calores, fríos, sudores, dolores musculares, golpes, caídas, averías, cuestas insufribles del 1:1, bici al hombro, trialeras imposibles… y algún que otro susto.  Somos muy distintos y nos respetamos. Seguimos intentando mejorar, pero sabemos quien tiene que ir detrás de quien en las bajadas. No obstante, en las cuestas aún nos vamos tanteando para ver quien flojea. Esa constante rivalidad hace que el grupo se homogenice y mantengamos un nivel similar. También nos vamos esperando en los cruces y mirando atrás cuando alguien falta. En definitiva, cuidamos unos de otros.

Tantos años nos ha creado una coraza contra el sufrimiento; pero si alguno se queja siempre habrá otro que le diga: «Aquí hay que venir llorao»

Félix

27/11/2019